- Servicios (39%)
- Consumo de bienes no duraderos (18%)
- Gasto público de los entes locales y estatales (12%)
- Inversión no residencial (11%)
- Importaciones (11%)
- Exportaciones (9%)
- Consumo de bienes duraderos (9%)
- Gasto público federal (8%)
- Inversión residencial (4%)
Podríamos pensar que las causas y la secuencia de las crisis deberían ser muy variadas porque existen numerosos componentes del PIB y sería lógico esperar que los componentes con más peso, como los servicios, tuvieran una mayor incidencia en las fases previas o en los antecedentes de las crisis. Pero si analizamos los datos observamos que se produce el siguiente patrón:
1. Aumento de la inflación y / o tipos de interés
2. Crisis inmobiliaria
3. Disminución de la producción de bienes duraderos
4. Crisis del conjunto de la economía
también las recuperaciones económicas han seguido un patrón común.
1. Reducción de la inflación y / o tipos de interés
2. Recuperación de la actividad inmobiliaria
3. Aumento de la producción de bienes duraderos
4. Recuperación del resto de la economía,
Así pues observamos:
1. Existen unos patrones que se repiten y
2. Aquellos componentes que preceden las crisis no son los de mayor peso dentro del PIB.
Resulta curioso que siendo posibles tantas causas y combinaciones, haya un patrón común y este proceso sea con diferencia el más habitual. ¿Tienen algún aspecto en común el sector inmobiliario y el consumo de bienes duraderos? Si, en ambos juega un papel muy importante la financiación a las familias. Parece pues que, tal como ya indiqué en un post anterior, tenemos un problema con la financiación hipotecaria (y en el del consumo de bienes duraderos) que irracionalmente quedan afectados por la inflación debido al efecto inclinación.