tipos de interés nominales ≈ tipos de interés reales + expectativas de inflación.
Por tanto, este 5% es la suma de los tipos reales (supongamos 3%) y de la expectativa de la inflación (supongamos 2%).
Otra manera de concebir la operación es la siguiente. Cuando uno invierte 100 € espera que le paguen los tipos de interés reales (3 €) y que el dinero que invirtió no pierda valor, es decir, pueda comprar la misma cesta de productos que podía comprar cuando invirtió el dinero. En este caso que le devuelvan 102€. De esta manera también obtiene 105€ al final del periodo pero la manera de concebir la operación es diferente.
Visto así parece una diferencia insignificante, ya que el resultado final es el mismo pero cuando alargamos los periodos o el retorno del capital se hace periódicamente las diferencias aumentan ligeramente.
A) Supongamos un bono a 5 años
Bono nominal pagará 5€ cada año y devolverá 100€ al final del 5º año.
Bono indexado irá aumentando progresivamente sus pagos de 3,06€ a 3,31€ cada año y devolverá 110,4€ al final del 5º año.
Aunque el Valor actual neto (VAN) de los dos bonos sea el mismo y por lo tanto a un inversor racional le resulte indiferente vemos que aparecen diferencias en los momentos y cantidades a pagar.
B) Supongamos una hipoteca a 5 años
Vemos pues, que des de un punto de vista financiero las diferencias son mínimas. Es más, el VAN de unos productos y otros es el mismo y por tanto podemos considerar que resulta indiferente cual utilizar. Esa indiferencia des del punto de vista financiero resulta positiva des de un punto de vista individual ya que no debería suponer ningún inconveniente cambiar a una economía indexada.
Nota: Existe una pequeña diferencia en el VAN de los ejemplos ya que el tipo nominal tendría que ser 5,06% y no la aproximación al 5% que se ha hecho teniendo en cuenta que el tipo real es del 3% y la inflación del 2%.