Personalmente considero que en lo que entendemos por crisis el problema es fundamentalmente de demanda. En primer lugar porque un relato que dice que la crisis financiera causó una caída de la inversión (falta de concesión de créditos) y posteriormente del consumo (debido al paro) me parece bastante plausible y en cambio no sé encontrar un relato plausible para la crisis de oferta. En segundo lugar porque el paro proviene o bien de una falta de demanda o bien de unos costes marginales del trabajo demasiado elevados. Es decir, los trabajadores quieren cobrar demasiado por la producción que realizan. Por lo tanto, afirmar que es sólo un problema de oferta (y no de demanda) significa afirmar que todos los parados lo son o bien por voluntad o bien por culpa del salario mínimo. No digo que no haya parados así, pero no me resulta creíble que todos los sean.
Ahora bien, como le gustaba decir a Deng Xiaoping, no importa si el gato es blanco o es negro, lo que importa es que cace ratones y en este punto ambos grupos tienen problemas significativos. Los partidarios del estímulo (crisis de demanda) deben explicar cómo hacer frente a los problemas que pueden causar la deuda excesiva y las turbulencias en los mercados de activos si aumenta la inflación. Los partidarios de ganar competitividad (crisis de oferta) también deben explicar algunas cuestiones. Para lograr su objetivo pueden optar básicamente entre 1) reducir costes o 2) aumentar la productividad. Los partidarios de reducir los costes para aumentar las exportaciones asumen un gran riesgo ya que no queda claro que vayan a tener éxito (Grecia) y sacrifican la demanda interna (menos salarios/consumo y menos gasto público) poniendo en riesgo todo un tejido empresarial/comercial que luego habrá que reconstruir si no se malvende a inversores exteriores. Además perpetúan la incertidumbre sobre el canal de concesión de crédito ya que tanto los bancos como los particulares son reacios a dar/pedir créditos en un entorno así. Los partidarios de aumentar la productividad más que el resto del Mundo deberían explicar cómo piensan lograrlo con la actual dificultad para obtener financiación y por lo tanto para hacer inversiones, renovar la maquinaria o los ordenadores, poner en marcha un nuevo proyecto... y no vale decir que hay que ser muy creativo e innovador porque con este argumento se puede solucionar la crisis, el calentamiento global y todas las enfermedades.
Así pues el principal problema es que no hemos encontrado un gato que cace ratones y eso nos obliga a continuar buscando uno, a replantearnos las cosas y ofrecer alternativas fuera de los planteamientos habituales.