¿Qué es la amortización negativa? Decimos que un préstamo tiene amortización negativa cuando la deuda en lugar de decrecer se incrementa porque las cuotas ni siquiera pagan los intereses nominales de la deuda. Así, un banco puede conceder a un prestatario 100.000 € y tres años más tarde tener una deuda de 105.000 €.
Mi reacción inicial fue: "Si estas hipotecas pueden comportar amortizaciones negativas, no se pueden introducir en el mercado. El problema de unos hipotecados con una deuda creciente y superior a la que inicialmente asumieron supera los beneficios de la indexación". Quise comprobarlo en una hoja de cálculo y, efectivamente, obtuve que en determinadas circunstancias se daban casos de amortización negativa. Eran los casos en que la inflación era mucho más elevada que el tipo de interés real. Así, para una hipoteca a 25 años, si los tipos reales son del 2% y la inflación es del 2% (nominales del 4%) no se produce amortización negativa. En cambio, si la inflación es del 5% (nominales del 7%) sí que se produce. Sin embargo, a pesar de la amortización negativa inicial, la deuda siempre se acababa devolviendo, ya que las cuotas finales, que iban creciendo de acuerdo con la inflación, eran muy elevadas y permitían cancelar la deuda. Entonces me di cuenta de mi error: Había padecido ilusión monetaria (Por cierto, si hubiera continuado leyendo literatura sobre el tema habría llegado antes a la misma conclusión).
¿Qué es la ilusión monetaria? Es creer que el valor del dinero se encuentra en su valor nominal y no en el real. Por ejemplo, uno sufre ilusión monetaria si al pasar a tener 110 € en lugar de 100 € cree que se ha enriquecido porque dispone nominalmente de más dinero, cuando en realidad se ha empobrecido porque la cesta de la compra ha aumentado de 100 € a 120 €.
Yo también había sufrido ilusión monetaria porque había creído que el hipotecado se encontraba más endeudado debido a que su deuda había aumentado nominalmente cuando en realidad, en términos reales, se había reducido. Si tomamos el ejemplo anterior y que podemos ver en el gráfico inferior (tipos reales 2%, inflación 5%), observamos que la deuda nominal aumenta de los 100 € iniciales a los 107,6€ en el sexto año, pero entonces la inflación ya ha hecho aumentar los precios un 34%. Por lo tanto, aunque en términos nominales la deuda haya aumentado, en términos reales es de ( 107,6€ / 1,34) = € 80,3 reales y ha disminuido.
Así pues, las hipotecas a tipo de interés real e indexadas a la inflación comportan en determinadas circunstancias amortizaciones negativas en términos nominales pero nunca en términos reales (que es lo que importa si no queremos sufrir ilusión monetaria).