Este cambio de modelo económico coincidió en el tiempo con la llegada al poder en EEUU, el Reino Unido o Alemania de gobiernos de partidos de derecha y se dijo que era una revolución neoliberal, pero el cambio era más profundo y estructural tal como demostró el hecho de que los gobiernos de izquierdas siguieron con el mismo modelo. De ahí que surgieran expresiones como "pensamiento único" para definir la situación. Era difícil cambiar de modelo ya que entre 1982 y 2007 el crecimiento fue más elevado que durante el período 1969-82 y sólo hubo dos recesiones en EEUU, la segunda de las cuales (2001) ha sido la más suave de todas (de hecho, según los datos del Bureau of Economic Analysis, ni siquiera hubo dos trimestres seguidos de decrecimiento). Al periodo se le conoce como la gran moderación. La globalización y los bajos salarios en las economías emergentes facilitaron la baja inflación durante los 1980s y 1990s pero a partir de los 2000s el crecimiento de estas economías comenzó a tensar los mercados de materias primas y aparecieron tensiones inflacionistas, obligando a la Fed a cambiar su política monetaria. La experiencia se repetía, aumento de las tensiones inflacionistas y recesión económica.
El problema principal pero no es que el modelo haya sido incapaz de evitar la recesión sino que se muestra impotente para resolverla. Algunas de las medidas que podrían ayudar a mitigarla o solucionarla como un aumento de la demanda pública no se pueden hacer de manera sostenida porque van en contra de los principios del modelo. Una financiación del gasto público con la impresión de dinero podría fomentar la inflación y un fuerte déficit financiado exclusivamente con deuda pública parece inviable a largo plazo.
¿Es la única opción que tenemos? No. La inflación resulta tan perjudicial porque los principales contratos no se encentan indexados a la inflación y por lo tanto cuando esta aumenta causa numerosos desequilibrios y pérdidas en hipotecados, ahorradores, el mercado de activos , el sistema bancario ... pero si se tuvieran contratos indexados a la inflación su influencia sería casi despreciable con inflaciones bajas (<10%). El principal problema para impulsar un gasto público que desencalle la situación actual es que éste puede provocar inflación, pero si la inflación resulta neutra, el factor limitador desaparece. Surgen problemas para gestionarlo, pero son problemas coyunturales y no estructurales.
Las opciones que tenemos ante el problema de la inflación son similares a las que tenemos frente a una enfermedad contagiosa como la gripe. Podemos optar por el aislamiento renunciando a los medicamentos o por una vacunación. El aislamiento puede parecer maravilloso mientras no enfermemos, pero el día que las barreras no funcionan cogemos una fuerte gripe y además no podemos utilizar medicamentos para aliviar la situación. La vacuna puede tener efectos secundarios pero si cogemos la gripe, la enfermedad es menos traumática y podemos salir de casa a buscar otros remedios. Quizás sea el momento de cambiar de estrategia.