Los principales beneficios son:
1) Facilita la aplicación de políticas de estímulo económico que permitan mitigar y superar las crisis económicas en los que hay un componente de falta de demanda.
2) Ayuda a evitar crisis inmobiliarias causadas por un aumento de la inflación (este ha sido el caso más frecuente de crisis inmobiliaria en las últimas décadas).
3) Estimula una economía que hace la transición hacia una economía indexada, gracias al efecto riqueza y el aumento de consumo.
4) Da herramientas para equilibrar las relaciones comerciales internacionales.
Los principales inconvenientes son:
1) Facilita la mala asignación de recursos por parte de los gobiernos.
2) Aumenta el riesgo de una hiperinflación.
3) Dificultades de implementación.