Es acertada la decisión de Japón? El tiempo lo dirá pero lo que si es seguro es que es arriesgada y más en un sistema que es sumamente frágil frente a los incrementos de la inflación. Estas medidas son heterodoxas de acuerdo con el paradigma actual, pero a diferencia de las norteamericanas, que ya tendrán sus problemas de gestión cuando la economía se recupere definitivamente, éstas parecen encaminadas a provocar estos problemas de gestión inmediatamente. Si el Japón consigue su objetivo, la inflación aumenta al 2% de una manera consistente y la economía se recupera, aunque sea ligeramente, deberá asumir el riesgo de un aumento de los tipos de interés. Suponiendo que estos aumenten un 2%, los riesgos que deberán gestionar las autoridades japonesas son considerables:
1) Riesgo de un déficit público insostenible. El déficit público de Japón aumentaría alrededor de un 4,5% sólo por el aumento de los tipos de interés. Si a este déficit, le añadimos el que ya tiene, alrededor de un 9%, y el que generarán las medidas de reactivación económica, podemos ir a un déficit público superior al 15% del PIB vs un crecimiento nominal del PIB del 4%.
2) Riesgo de una crisis de divisas. La combinación de un déficit público insostenible y una política monetaria expansiva pueden conllevar la pérdida de credibilidad del Yen, con graves turbulencias en el mercado de divisas (la famosa guerra de divisas) de consecuencias imprevisibles.
3) Riesgo de una crisis inmobiliaria . Los japoneses que quieran comprar una vivienda podrían recibirían entre un 10% y un 20% menos de cantidad en préstamo, ya que el aumento de tipos de interés supone cuotas hipotecarias más elevadas y por lo tanto menos cantidad de préstamo inicial. La concesión de préstamos menos cuantiosos conlleva presiones bajistas sobre los precios de los inmuebles. Además del aumento de tipos de interés comportaría cuotas hipotecarias más elevadas en las hipotecas a tipo variable y por tanto un aumento de la morosidad.
4) Riesgo de una crisis bancaria y financiera . Los bancos, fondos de inversión y de pensiones pueden sufrir pérdidas millonarias. La deuda pública japonesa en manos de estos inversores puede perder alrededor de un 10% de valor en promedio. Si tenemos en cuenta que la deuda pública ronda el 220% del PIB, significa que los bancos e inversores deberán soportar pérdidas de un 22% del PIB japonés. El sector bancario tendría que soportar parte de estas pérdidas y las pérdidas potenciales provenientes de la crisis en el sector inmobiliario.
Que estos riesgos existan no quiere decir que se tengan que materializar. Muy probablemente las tensiones surgirán antes de llegar a este escenario y el gobierno y el Banco de Japón gestionarán la situación y modificarán algunas de sus intenciones iniciales, de hecho ya lo han hecho. Aun así, vistas a priori, las intenciones actuales del gobierno japonés suponen un gran riesgo para la estabilidad económica mundial.