Si analizamos el comportamiento de los precios de la vivienda, se observa que su caída coincide con la caída de la corona islandesa, no con el aumento de los tipos de interés. Una parte significativa de las hipotecas (> 10%) y sobre todo de los préstamos para automóviles (> 30%) eran en moneda extranjera. Durante 2008, la corona islandesa se hundió (hasta un 50-60% frente al euro respecto a los niveles de 2007) haciendo que las cuotas de los préstamos se doblaran y provocando los impagos y la quiebra de los prestatarios con préstamos en moneda extranjera. Los bancos islandeses quebraron y los precios de las viviendas cayeron. La caída de la corona provocó un aumento de la inflación y de los tipos de interés hasta alrededor del 18%. ¿Os podéis imaginar que pasaría en la zona euro si la inflación y los tipos de interés aumentaran hasta el 18%?
El caso islandés nos muestra el gran riesgo de endeudarse en moneda extranjera cuando uno puede endeudarse en su propia moneda pero también que las hipotecas indexadas a la inflación protegen a los mercados inmobiliarios de la inflación y de las tasas de interés nominales, un hecho bastante interesante si tenemos en cuenta que la mayoría de recesiones económicas de los últimos 50 años en los EE.UU. han comenzado con un incremento los tipos de interés y de la inflación.